martes, 14 de enero de 2014

Nuestra voz la repiten los siglos...

El caos de Bogotá era inimaginable hace poco más de una década, cuando el poder capitalino lo tomó la izquierda. La otrora "Athenas Latinoamericana", ahora no pasa de ser un nido de ratas: Expendios de Droga en todos los rincones de la ciudad, 220.000 huecos que aún no han sido tapados - es decir la malla vial de Bogotá es un caos-, la inseguridad es absoluta puesto que no hay tranquilidad en ningún sector de la ciudad y ningún gremio está exento de ser sujeto potencial del robo (tenderos, taxistas, banqueros) y la ciudad se sumerge, cada vez más, en una deplorable situación de movilidad en la cual no hay vías, no hay planeación y no se ve una administración clara de lo recursos. 


Si bien es cierto que los mandatos de la izquierda se han preocupado por aumentar los niveles de educación y escolaridad, haciéndola gratuita hasta grado 11 e incentivando el estudio a través del SENA, vimos como el País se rajó, a nivel internacional en la medición que se hace respecto a esto, esto en vista de que es mucho más rápido mostrar indicadores de cobertura que de calidad, sin abordar claro está la pésima remuneración de los maestros y las pocas oportunidades que tienen para especializarse y, aún peor, el acceso a las nuevas tecnologías y tendencias de la educación es cada vez más complejo para los educadores que trabajan en el distrito. 

Así, Bogotá hoy está llegando a un punto crítico, de posible no retorno. Una ciudad que muestra claramente la tendencia politizada del ambiente electoral colombiano de cara a las próximas elecciones. Un Procurador que, poco a poco, va ganando más y más poder -lo que me hace recordar los episodios I, II Y III de Star Wars y el Canciller Palpatine- y un Alcalde que, con un programa de gobierno aceptable- ha tratado de volver a la idea romántica de la Política pública, de lo social, de darle más oportunidades a la gente y así cerrar poco a poco la brecha- en un país de terratenientes, en donde la Iglesia prima frente a las leyes, en donde la corrupción se viste de seda y continua permeando todas las esferas de la sociedad. Un país en donde SU CAPITAL, pasado orgullo de las grandes ciudades, ha sido desplazada de ese podio por Medellín. Aquí no se trabaja en cultura, en educar al ciudadano para que ejerza sus derechos en pro de continuar perfeccionando la democracia en la cual vivimos. Aquí, en mi amada Bogotá, sólo importa ganar por ganar, sólo importa la persona y no el bien común. 

Así lo vemos en el escenario que hoy se despliega ante nosotros: choques de trenes entre las Instituciones más poderosas del país, buscando adeptos para tal o cual partido; la eterna rivalidad entre derecha e izquierda, no sólo en palabras, sino en vías de hecho, donde se utiliza esa conciencia colectiva para mostrar descontento y para movilizar votos de cara a los procesos electorales que se avecinan. 

Y la ciudad ¿qué? muertes violentas de taxistas, conductores ebrios que matan personas, caos vial por doquier, un sistema de transporte público que día a día colapsa con el millar de personas que moviliza, inseguridad sin una estrategia clara para enfrentar al crimen organizado y el microtráfico de estupefacientes... en fin. 

Cuánto añoramos muchos de los Bogotanos de cuna, la Alcaldía de Mockus, donde la culturización y educación de la ciudadanía y el resguardo de lo público era la columna vertebral del crecimiento y desarrollo de la ciudad. 

Como dice el Himno de nuestra querida ciudad: "Nuestra Voz la repiten los siglos..." pero ¿quién la escucha?

sábado, 3 de noviembre de 2012

Cuánto hemos perdido?

Cuánto hemos perdido, si dejos de escuchar las canciones del viento, la voz del trueno y el cantar alegre de la lluvia.

Cuanto hemos perdido, si nos dejamos absorber por el día a día y el sueño se convierte en una obsesión sin fundamento, que poco a poco se pierde en la monotonía de la absurda necesidadde tener más.

Continuará.....

viernes, 28 de septiembre de 2012

2 MESES


Hoy hace 2 meses terminó el proceso de selección de forma exitosa. Fue una causa altamente compleja pero,como dice ese viejo adagio popular, “El que quiere celeste, que le cueste”. No se cómo, ni se cuando me encontré con esos ojos, a veces claros y otras no tanto.Unos ojos místicos que proyectan una magia tan inexplicable como infinita.

Con cada sonrisa, que le veía, micuriosidad crecía más y la mente empezaba a trabajar:

-         ¿Quién es?
-         ¿Por qué me interesa tanto verla?
-         ¿por qué me trae tanta paz su presencia?
-         ¿Cómo percibir su aroma me hace sentir así?

Eran preguntas a las que quería dar respuesta sin preguntar, así que empecé a observar, a tratar de descifrar, en sus silencios, cómo podía romper esa armadura de seriedad que ella proyectaba.Fueron primero chocolates, conversaciones por una red social, donde fui conociendopoco a poco esa personalidad arrolladora, esa seriedad con la que quedé prendado de ella.

El tiempo fue el rector de las decisiones, donde la imperiosa curiosidad  convertía cada vez más en un sentimiento que empezaba a abrumar mi ser, a inundar los rincones más profundos del alma y a arraigar dentro de mí una ilusión, una esperanza. Fue en una noche, en un bar de esta caótica ciudad, donde al calor de una cerveza negra, los nervios se apoderaron de mí y finalmente logré aquietar la mente y dejar hablar los sentimientos, logrando condensarlos en un beso corto, profundo… mágico.

Hoy son 2 meses, si lo repito,sintiéndome orgullos de la excelente mujer con la cual comparto ahora mi vida,mis sueños y mis ilusiones; a la cual beso con los ojos cerrados seguro de que en ella puedo confiar, seguro que sus labios me transportan a lugares  tan remotos como hermosos. Qué felicidad siento cuando estoy a su lado, cuando le veo reír, cuando me habla de maneratierna, con sus juegos de palabras que ahora son parte nuestras tardías y taciturnas conversaciones. La amo, si, en 2 meses, si; porque entendí que ese sentimiento se da en la medida en que el corazón habla y son los sentimientos los que gobiernan el espíritu, que gritan por salir resonando con la razón de un hombre enamorado. Hoy mi mundo esta completo gracias a ella, porque ella era todo lo que yo buscaba y no había encontrado,la que ahora inspira estas letras y la mujer más importante de mi vida. Porque, como se lo dije en un poema, que no es de mi autoría, ahora sueno un poco a ti al igual que tú suenas un poco a mí.

Gracias por venir a mi vida y llenarla de felicidad, gracias por complementarme, gracias por sus besos, sus miradas, su ternura, sus abrazos y sobretodo por haber despertado en mí lo que siempre había querido sentir. Todas las experiencias vividas me han llevado a ella y soy feliz de caminar de su mano, junto a ella en el camino de la vida y estar ahí para ofrecerle mi mano y decirle, cuando por algún motivo caiga “levántate mi amor, no pasó nada”.

martes, 25 de septiembre de 2012

El Fútbol y El Narcotráfico

Si bien el fútbol es el deporte rey por excelencia, el colombiano aunque burdo y -a mi concepto- falto de claridad, mediocre y torpe, hoy da de que hablar en la agenda de los medios de comunicación. Y no es difícil saber por qué, esta noticia vende y es un acto de comunicación y de Relaciones Públicas GIGANTESCO. 

Es innegable también que los comentarios de aquel periodista uruguayo, quien hablase con rencor y profundamente dolido por la derrota 4 a 0 de su selección -la primera que probó ese sabor dulce y embriagador de la primer Copa Mundial- frente a una Colombia inmensamente superior y estratégica, recordó ese pasado que no queremos reconocer para crecer sino que simplemente lo tiramos al olvido como algo distante y es el nivel de permeabilidad del narcotráfico hasta en las raíces más profundas de nuestra sociedad. Cuántos hinchas no se vanaglorian de las 13 estrellas del cuadro capitalino, ese mismo "Ballet Azul" que mañana enfrentará a los "merengues" en un partido clásico y que evoca el recuerdo de haberle ganado hace muchos años en el mismo Benabeú, inconscientes de que dos de esas preceas fuésen obra del manejo bajo cuerda de dineros mal-habidos y llenos de sangre y destrucción. 

Por qué es un acto de comunicación, por qué un acto de relaciones públicas.... simple y sencillamente porque así se maneja el mundo, porque la imagen que proyecta la institución se volvería aún más grande y todo el mundo pondría sus ojos en esa actitud desmesuradamente política y sencillamente eficáz y estratégica de un club de fútbol, que otras instituciones no han aceptado y que muchos políticos han aceptado después de la prescripción judicial. No es demeritante, ni es burda y mucho menos fácilista pero sale a relucir la pregunta ¿por qué no se había hecho esto antes? ¿ Por qué ahora? y son preguntas que tratar de responderlas sin un conocimiento a profundidad de la situación sería un acto irresponsable y de mal gusto. 

y no lo tomen a mal, pero hay asuntos más importantes en la agenda como el crimen de Luis Andrés Colmenares, La inseguridad en Bogotá, el posible diálogo de la tan anhelada paz que busca hacer más próspero este país, la defensa delos derechos de la comunidad LGBT, los vínculos con paramilitares de uno de los altos mandos policiales del país, las elecciones en Venezuela, los TLC que dejan en evidencia el atraso de infraestructura y logístico del país, la malla vial de Bogotá, los planes para tratar de hacer frente y minimizar los impactos que año tras año deja el invierno etcétera etcétera. Cuando los medios de comunicación vuelvan a ser lo que eran antes, cuando nos importe más la solución de crímenes cometidos años atrás, cuando el periodismo vuelva a ser EL PERRO GUARDIÁN DE LA DEMOCRACIA, ese día será en el que mi amada patria resurja de las cenizas, recuerde su pasado con el dolor inexorable al crecimiento y sea uno de los más prósperos de la región. 

Una deidad

Cuento tiempo te busque, pero como a Kovthe "el sin sangre" se me hacía difícil encontrarte. Busque desde siempre esas cualidades tan tuyas y que ahora suenan un poco a mi y en mi. Qué más quisiera que tenerte cerca a mi, encontrando la paz que todos anhelan en el comfort que son tus brazos. Y no sólo eso, quisiera, aunque por unos breves instantes buscar tus labios y encontrar todas las sensaciones que busco, buscaba y ahora encuentro. Todos estos años el camino me ha llevado hasta ti, y tal véz tu camino también te llevo hacia mi. Solo espero que el inexorable paso del tiempo haga crecer este sentimiento que se arraiga en mi, que late por la deidad que eres ... Y que cada día me haga morir y vivir un poco a la vez, con un beso, una sonrisa o un silencio.

El regreso

Hoy puede vencer a los fascinerosos que robaron mi cuenta y, quien lo creyera, con la ayuda del servicio al cliente de Microsoft, recuperé la cuenta asociada al blog. Volvemos recargados, después de más de 5 años con historias nuevas y mejores contenidos. Experiencias y crónicas que sólo este infierno en el paraiso puede ofrecer a quienes sobrevivimoa en él.

martes, 7 de agosto de 2007

Bogotá Live
“Nuestra voz la repiten los siglos… Bogotá, Bogotá, Bogota…”

Son las cinco de la tarde, ningún contratiempo climático; el sol de las cinco de la tarde bordeaba la imagen del templo más sagrado del catolicismo bogotano y en sus gradas, frente a la plaza de Bolívar, aquel mítico lugar en donde los próceres y los mártires de este sufrido pero alegre país pusieron su cuota de idealismo y sangre, se encontraban ellos, los hombres y mujeres, adultos y ancianos, con trajes verde y naranja, con máscaras coloridas, sus rostros pintados y sus ganas de bailar y hacer de esta “nevera” el lugar más caluroso del país por lo menos por un día; ellos son aquellos personajes que vemos todos los días pero nunca queremos observar, todos aquellos seres humanos que han sido olvidados por esta sociedad sumida en la preocupación por el timpo, el poder y el dinero. Ellos son: los habitantes de la calle.

Las tamboras, los clarinetes y los pitos empezaban a sonar, la epifanía que se veía venir iniciaba su celestial descenso, la energía de los adulos mayores empezaba a surgir con el sonido de las cajas, la euforia se podía oler, y era ya tangible cuando llegaron los organizadores y empezaron a guiar a los artistas quienes seguían asiduamente las ordenes hasta que el momento llegó y el carnaval empezó.

La Gran Avenida, como se le llamaba antes a la carrera Séptima era el escenario, al calor de una buena compañía inicié el recorrido por las calles más históricas y emblemáticas del país, aquellas que acogieron los desastres del nueve de abril de 1948, las protestas en contra del gobierno, la entrada del profesor Moncayo y ahora, la festividad del los 469 años de la capital: Bogotá.

Muchas historias, unos cuantos cigarrillos y los ojos de aquellos curiosos delataban el furtivo trabajo del ritmo sobre sus cuerpos, cuando la caravana inició el mágico toque de esa música, que todos conocemos pero no recordamos o de la cual sólo nos acordamos cuando una parodia ayuda a re-descubrir ese mundo tan nuestro y tan atípico, algunas palmas externadistas se alzaron para iniciar los festejos a la gran Bogotá. Una o dos veces fuimos “obligados” a subirnos al andén, solo para que tomáramos aliento y volviéramos al ruedo, a esa plaza donde no hay toro ni hay “valientes” toreros, sino en aquella donde la danza y la música son las banderillas que penetran en lo hondo del espíritu y el escudo que todos tenemos en guardia, junto con la espada que blandimos en el trasegar diario, desaparecen, no hay desconocidos, sólo personas que están disfrutando de la fiesta más grande que todos los años nos abruma y nos hace sentir esa pertenencia, ese orgullo y nos recalca el honor que es nacer entre los laureles de la sociedad cachaca.

La violencia se olvida. En el mar de gente ubicada en los andenes y las olas humanas por la séptima no hay ladrones, no hay estafadores, no hay congresistas; nos convertimos, con cada paso en una masa con forma, con ritmo y con ganas de decirle a Bogotá y a todo el mundo quién manda en éste lugar, que Bogotá es la capital y que como ella no hay otra.

El cansancio es mínimo, un hombre sube en la paloma que cubría la retaguardia del ejército de artistas que llenaban la avenida e inició la labor de “Reina del Carnaval”, con pocos nervios éste sujeto bailo al ritmo de la improvisada batería, hecha con ollas como charlestons y botes de pintura como redoblantes. Esto amenizó aun más nuestro peregrinaje hasta la calle 24 –el de todos los asistentes tal vez- ya que hubo chiflidos y “piropos” a este coloso de la personalidad.

El cielo empezaba a tomar un color oscuro, dando la señal de la noche, pero nosotros teníamos un sol que alumbraba e irradiaba energía; todas las sonrisas y el seguimiento del ritmo con aplausos eran más que suficientes para iluminar toda la noche a la ciudad.

Se dejó de ver, por un momento, el regionalismo que hemos venido manejando desde hace mucho tiempo en todo el país y se vieron representaciones de muchas partes, la papayeras hicieron su aparición, la música folclórica pedía a gritos su lugar; llegamos a la calle 20 con séptima, allí hicieron su entrada triunfal los sonidos de las flautas, los redoblantes y demás instrumentos que daban el preámbulo a lo que sería el apoteósico final, para mí, de la noche.

La música nos llevaba, así como la sangre lleva al tiburón hacia su presa, pero éramos presos de tanta movilidad, de tanto relajamiento, que sólo paz y alegría albergaban todos los corazones de los presentes. Por una vez vi a mi ciudad viviendo y haciéndole caso a sus sentimientos y buscando en ellos la energía para moverse y para hablar que dilucide que la ciudad sí puede vivir aquietando su mente y escuchando la voz de sí mismos.

Muchos hicieron su agosto allí: desde la Plaza de Bolívar y la peculiar foto sobre la llama, los niños disfrutaban de una experiencia que quedaría impresa en la posteridad del álbum familiar. Otro negocio, el que más se ve en este tipo de eventos es el tradicional algodón de azúcar rosado y su inconfundible olor hacían las delicias de adultos e infantes, nunca falta tampoco, ni podría faltar, el mango con sal, limón, pimienta y otros ingredientes; el salpicón y los grandes trozos de sandía se hicieron presentes en carpas adecuadas para su venta. Y quienes tenemos el placer de fumar, nunca nos quedamos varados, siempre está el fiel amigo, el hombre cuya consigna es: “Marlboro, chicle, Marlboro”, siempre aparece en escena cuando más es necesitado, supliendo una necesidad básica para un externadista.

Eran las seis y media de la tarde y esto apenas empezaba a demostrar la grandeza que tenía; en la calle 24 con carrera séptima, la tarima para la orquesta estaba ya dispuesta, los músicos ya tenía sus instrumentos apunto de estar listos y el animador empezaba a crear la rumba desde su estrado con la verborrea característica de estos personajes.

Un cigarrillo y una charla previa con los amigos y personas muy queridas, fue el inicio del fin de este recorrido, junto con un final muy bonito: la sincopa del merengue empezó a sonar y con la mejor pareja baile, en medio de la calle, golpeando a una que otra persona en medio de las volteretas propias de tan preciado baile y así regresaría a mis aposentos, llevándome en la mente la idea de que Bogotá siempre será la capital, la maravillosa capital de este país y que siempre estaré orgulloso de decir al final del himno “Bogotá, Bogotá, Bogotá”

Gracias Bogotá y que la fuerza te acompañe mi amada y vieja amiga.

Nuestra voz la repiten los siglos...

El caos de Bogotá era inimaginable hace poco más de una década, cuando el poder capitalino lo tomó la izquierda. La otrora "Athenas ...